Sin ganas de complicarnos con tecnicismos, un relé térmico es un dispositivo que ha sido diseñado bajo las reglas ISO para servir de protector a un motor eléctrico frente a posibles sobrecargas o incluso calentamientos.
El relé térmico se une al motor gracias al uso de una placa bimetálica la cual, al mismo tiempo, se encarga de funcionar como un detector de posibles fluctuaciones internas y, segundo el caso que se presente, dar la orden de que se detenga las operaciones que el motor este realizando.
Cuando la placa de metal vuelve a su posición original y se enfría, esta es una forma que tiene todo este sistema para detectar que las condiciones de trabajo para el motor son seguras, por lo que se envía la señal y el motor vuelve a ponerse en funcionamiento.
En el fondo, el relé térmico no es más que un dispositivo pequeño, muy asequible que, para suerte de todos, cuenta con una muy buena y larga vida útil, siendo uno de los aparatos más recomendados para tener unas condiciones de trabajo seguras y estables.
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Características más importantes asociadas a un relé térmico
Existen una gran variedad de aparatos que han sido diseñados con la única función de proteger a los motores eléctricos.
En este ámbito, los relés son, sin duda alguna, los dispositivos más seguros disponibles en el mercado. Esto se debe principalmente a que cuentan con las siguientes características:
- Los relés pueden ser utilizados tanto con corriente alterna (AC) como con corriente continua (DC).
- Pueden llegar a ser configurados para que las maquinas a las que han sido conectados se arrancan nuevamente de manera manual. Esto es especialmente útil en el caso de que se tengan equipos que requieran de un encendido técnico.
- Si se hace uso de un relé para proteger a un equipo de uso simple, este puede ser puesto en marcha de forma automática.
- La placa bimetálica que une al motor suele estar fabricada de un material que cuenta con una combinación de hierro, níquel y latón. Esto significa que nos encontramos con un material resistente, que nos proporcionara una buena vida útil, a pesar de las exigentes condiciones de trabajo que pueda llegar a tener.
- Están disponibles distintos tipos de relés térmicos en función de las características que tenga el motor al que van a ser conectados.
- Un relé térmico es un aparato que tiene un funcionamiento muy sencillo, por lo que no requiere de conocimientos técnicos por parte de la persona que lo utiliza.
Todos los puntos anteriormente mencionados no hacen más que dejar en evidencia la importancia y utilidad de los relés térmicos y la razón por la que tantas personas hacen uso de ellos.
Funciones que lleva a cabo un relé térmico
Una vez que el relé térmico ha sido conectado, este puede llevar a cabo una serie de interesantes funciones. A continuación, presentaremos las más importantes.
- Cuentan con la función de detener y testear el sistema en busca de algún tipo de problema.
- En cuanto a los procesos de producción se refiere, evitan que existan paradas repentinas.
- Ayudan a evitar que los motores se dañen por un exceso de temperatura o por sobrecargas de energía. Esto repercute de manera directa y positiva en el mantenimiento.
- Son capaces de proteger a la línea eléctrica que se encarga de alimentar al motor.
- Algunos relés son capas de permitir ajustar la electricidad de manera remota.
- Cuentan con una variedad de tiempos de disparo: desde los 10 hasta los 30 ms. Esto, como siempre, dependerá de las necesidades de proteger un sistema.
Como es evidente, todo lo anterior también suma para aumentar la protección de las personas que estén involucradas en el trabajo y en el manejo de estos dispositivos.
Es importante dejar muy claro que este tipo de aparato solo funciona como un elemento controla las fluctuaciones de corriente eléctrica. No tienen ningún tipo de utilidad cuando, por ejemplo, una determinada pieza de un motor se ha dañado.
¿Cómo funciona un relé eléctrico?
Resulta que las operaciones que lleva a cabo un relé son bastante sencillas. El punto fundamental es que cuenta con dos placas metálicas que están unidas entre sí por medio de un remache o una soldadura.
Ambas placas cuentan con un coeficiente de calor permeable, esto significa que son capaces de reaccionar a fluctuaciones que sean muy grandes.
En el momento en que el motor se pone en marcha, parte del calor pasa a las palcas, lo que hace que estas se calienten. Cuando las fluctuaciones se vuelen muy grandes, las placas se dilatarán hasta un punto donde el sistema interno activara el mecanismo para proteger el motor.
El movimiento de las placas activa una pequeña fibra que hace contacto con una bobina, esto hace que se desconecte el circuito deteniendo inmediatamente las operaciones que esté llevando a cabo el motor eléctrico.
Cuando la dilatación de las placas y su temperatura a retornado a su estado normal, se envía la señal para reactivar el sistema.
Tipos de relé térmico
En la actualidad existe un total de tres tipos diferentes de relés.
- Relé diferencial: Estos se usan en su mayoría para cuadros industriales. Su principal función esta en detectar alteraciones en las fases. Las placas de estos relés cuentan con dos regletas que aumentan la precisión de este.
- Relé compensado: La principal característica de este relé es que no le afectan los cambios en la temperatura ambiental. Hace uso de una lámina extra que se monta en las otras dos y su función es corregir dilataciones que puedan llegar a ser producidas por el medio ambiente. Esta es la mejor opción si se trabaja en lugares muy fríos o muy calientes.
- Relé tripolar: Este es el más común de todos los relés térmicos. Puede ser utilizado sin tener en cuenta las fases: monofásico, bifásico o trifásico.
Es importante añadir que, en la mayoría de los casos, se hace uso de etileno, silicona o neopreno para aislar los polos de estos dispositivos.